El calcio no basta por sí solo para conservar los huesos fuertes y sanos y para prevenir las fracturas osteoporóticas. Para ello también es necesaria la vitamina D, ya que es fundamental para una correcta mineralización ósea (interviene en la fijación del calcio). Y en esto tenemos un suspenso porque hasta un 69% de mujeres tienen déficit de vitamina D.
Las necesidades diarias de vitamina D varían con la edad. Los adultos menores de 50 años necesitan 800 UI al día. Y partir de esa edad se requieren de 800 a 1.000 UI. A través de la dieta solo obtienes un 10% de esta dosis. El 90% restante la consigues gracias a sol, ya que esta vitamina se sintetiza cuando te expones a la radiación solar. Visto esto, en un país soleado como el nuestro resulta difícil creer que exista una carencia. Sin embargo, los médicos alertan que sí que hay un déficit y es por la falta de exposición solar y el uso continuado de protección incluso en invierno.
Aunque la principal fuente de vitamina D es el sol, también es importante que en tu dieta incluyas alimentos ricos en ella. Se encuentra en las yemas de huevo, el hígado, las ostras, el pescado azul, la mantequilla... Si tomas leche desnatada, asegúrate de que sea enriquecida en vitamina D, ya que este componente se pierde al desgranar la leche.
Date un baño de sol
En invierno, el déficit de vitamina D suele aumentar en un 40%. Para evitarlo, procura tomar el sol en las horas centrales del día, durante unos 15-20 minutos. Basta con que te toque en el rostro y las manos y esta vez sin protección solar. En verano haz lo mismo pero, eso sí evitando las horas más de sol.
Las necesidades diarias de vitamina D varían con la edad. Los adultos menores de 50 años necesitan 800 UI al día. Y partir de esa edad se requieren de 800 a 1.000 UI. A través de la dieta solo obtienes un 10% de esta dosis. El 90% restante la consigues gracias a sol, ya que esta vitamina se sintetiza cuando te expones a la radiación solar. Visto esto, en un país soleado como el nuestro resulta difícil creer que exista una carencia. Sin embargo, los médicos alertan que sí que hay un déficit y es por la falta de exposición solar y el uso continuado de protección incluso en invierno.
Aunque la principal fuente de vitamina D es el sol, también es importante que en tu dieta incluyas alimentos ricos en ella. Se encuentra en las yemas de huevo, el hígado, las ostras, el pescado azul, la mantequilla... Si tomas leche desnatada, asegúrate de que sea enriquecida en vitamina D, ya que este componente se pierde al desgranar la leche.
Date un baño de sol
En invierno, el déficit de vitamina D suele aumentar en un 40%. Para evitarlo, procura tomar el sol en las horas centrales del día, durante unos 15-20 minutos. Basta con que te toque en el rostro y las manos y esta vez sin protección solar. En verano haz lo mismo pero, eso sí evitando las horas más de sol.
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