Fomentar valores tan importantes como la aceptación de la diversidad ayudará a nuestros hijos a ser más tolerantes y a rechazar conductas discriminatorias.
En las aulas hay cada vez más niños y adolescentes de otras culturas. Los porcentajes rondan alrededor de un 10% de alumnos por clase, aunque en algunos colegios e institutos pueden llegar al 30%. Ante esta realidad, no podemos cerrar los ojos. De ahí la necesidad de educar a nuestros hijos en esa multiculturalidad. En las escuelas, los profesores hacen una gran labor de integración. Sus esfuerzos, no obstante, caerán en saco roto sí, desde casa, no les transmitimos esos mismos valores para que aprendan a convivir con chicos/as que no tienen sus mismas costumbres, ni visten igual que ellos, ni piensan de igual modo.
Una vez más, hemos de predicar con el ejemplo
Todo lo que se conoce es más fácil de entender y respetar. Muchas veces, se rechaza lo desconocido sin poder justificar el porqué. Así que el primer paso para poder respetar a personas de otros orígenes es mostrar cierto interés por su cultura. Es nuestro deber enseñar a los hijos que, dependiendo de dónde se haya nacido, se van a tener unas creencias y unas costumbres determinadas y que por el solo hecho de ser diferentes a las nuestras, no implica ser ni mejores ni peores. De hecho, el gran tesoro de la humanidad radica en esa diferencia de razas, creencias y costumbres.
Es importantes educar a los niños en el respeto a la diferencia. Nuestros hijos se convertirán en personas excepcionales y únicas si aprenden valores como la tolerancia y la aceptación -de los distintos colores de la piel, creencias religiosas, etc.-. Para que pongan en práctica esos valores es fundamental que también conozcan su propia cultura. De nosotros depende transmitirles nuestro legado cultural a través de cuentos tradicionales, participando de forma activa en las fiestas populares, etc.
Ser tolerante es el mejor escudo frente a la violencia
Si queremos que nuestros hijos sean personas libres y responsables, es necesario que acepten la diversidad y aprendan a convivir con ella. Además de favorecer la integración social de las personas, la transmisión de estos valores evitará problemas relacionados con la intolerancia y la falta de empatía: discriminación, acoso, violencia, etc. La tolerancia ha de ser una de las banderas que defiendan nuestros hijos. Es muy probable, además, que en un futuro tengan que formar grupos de trabajo, equipos deportivos o comunidades de vecinos con personas de otros países. Una buena educación en valores como el respeto a la diferencia, la colaboración, la hospitalidad y la humildad les ayudará a ser más felices en la sociedad plural en la que vivimos.
Fuente: Pronto/Aprender a educar
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