miércoles, 27 de abril de 2016

"la tendencia a la desigualdad en la distribución de la renta se ha acentuado en la última década"

Especulación en los años 1920 versus especulación en los 2000


Especulación en los 1920s

El crac del 29 fue el típico derrumbe de una estructura piramidal basada en el instrumental propio de la bolsa. La euforia había conducido a una hipervaloración de las acciones de las compañías. La población que participó de forma más o menos intensa en la fiebre especulativa fueron unos centenares de miles.

La 1a G.M. generó un boom de la economía norteamericana mientras sus competidores se destruían mutuamente. Los agricultores experimentaron un prosperidad récord debido a la fuerte demanda europea y las tierras agrícolas aumentaron de valor. La 1a G.M. también había desarrollado enormemente la capacidad manufacturera y la productividad. Tras la guerra la 2a revolución industrial se desarrolló con vigor. Los utilitarios, la electrificación de los hogares, los electrodomésticos, el cine, las grandes superficies comerciales, ... la "belle epoque".

Los años 20 fueron una época de crecimiento económico en EEUU. La producción y el empleo eran buenos y habían ido aumentado a lo largo de la década. Los negocios eran prósperos y generaban ganancias que animaban a abrir nuevas empresas. Entre 1925 y 1929 el número de empresas manufactureras aumentó desde 183.000 a 206.700 y en 1929 las empresas de automóviles fabricaron 5 millones y medio de vehículos, cifra que no se volvería a alcanzar hasta 1953. Era un crecimiento inducido por la inversión productiva más que por el consumo.

Pero el sistema mostraba una tendencia creciente a la polarización de la renta, una disminución del consumo y una disminución de los beneficios empresariales (en 1929 el Instituto Brooking apuntaba: "la tendencia a la desigualdad en la distribución de la renta se ha acentuado en la última década"). Calvin Coolidge, el líder republicano, consiguió que se aprobaran cuatro rebajas de impuestos a favor de las corporaciones y los ricos. Los tentadores beneficios que producía la especulación, junto a las facilidades del crédito animaban la colocación de los crecientes excedentes en el mercado de valores y la especulación inmobiliaria.

A mediados de los años veinte Florida fue sacudida por una sonada especulación en bienes raíces. Las clases pudientes, cada vez más ricas, estaban parcelando sus futuras villas de vacaciones al sol. En realidad ni siquiera se especuló en terrenos sino en pagas y señales por el 10% del supuesto valor, que se revendían luego en sucesivas oleadas. Se trató simplemente de una especulación del tipo la Cerdanya en los años 90, pero en una Florida que, además del incentivo del sol y las playas, presentaba de vez en cuando el desagradable inconveniente de los huracanes y tifones. Dos huracanes en otoño de 1926 bastaron para hundir, además de unos cuantos yates, las débiles bases de aquella pirámide especulativa.

Especulación en los 2000

Los años 2000 fueron, en cambio, una época de destrucción acelerada del tejido industrial. Las empresas monopolistas deslocalizaron todo lo susceptible de ser deslocalizado. El modelo WW (Wal Mart – Wall Street) se impuso definitivamente. La construcción y los servicios fueron los únicos sectores que crecieron – un crecimiento anormal que era en realidad la base de apoyo del apalancamiento especulativo en el sector financiero - pero en este caso se trataba además, en buena parte, de una especie de deslocalización interna a base de mano de obra inmigrante a precios de saldo.

En realidad el crecimiento de los años 90 y 2000 era más virtual que real. Entre 1983 y el 2006 la parte de los salarios en el PIB de la Unión Europea habían caído un 8,3% y los de EEUU más todavía. Así pues la economía real no seguía a la euforia financiera... si no era a base de préstamos (una especie de "keynesianismo privado" en el que el tirón de la demanda se conseguía a base de préstamos sub-prime). Los hogares norteamericanos tomaron préstamos entre 1998 y 2006 por un importe superior - ajustado a la inflación - a todos los prestamos contratados en los 30 años anteriores.

Buena parte del consumo no obedecía a la calidad de los salarios sino a la mala calidad de los préstamos. El crecimiento a partir del crac de las punto.com fue básicamente fruto de una fuerte y generalizada especulación inmobiliaria inducida premeditadamente por un sistema financiero hipertrofiado que a su vez se había lanzado a la especulación más desenfrenada, utilizando las hipotecas y otras modalidades sub-prime como combustible para una parafernalia de productos derivados.

Los años 20 fueron una época de beneficios altos y crecientes, las perspectivas parecían razonables y los precios de las acciones se habían mantenido relativamente bajos durante el primer decenio. El último batacazo especulativo se remontaba a los principios del siglo (en 1907 se produjo un pánico seguido por una profunda recesión de la que se salió el año siguiente gracias a un plan de rescate bancario organizado por J.P. Morgan), tiempo suficiente para que el especulador de encefalograma plano vuelva a constituir el combustible necesario para la escalada irracional de los precios de los títulos. Condiciones ideales pues - el caso prematuro de Florida era una muestra - para que se desencadenara una especulación bursátil en toda regla a partir de 1927. En todo caso las autoridades colaboraron hasta cierto punto expandiendo la oferta monetaria como resultado de la presión exterior para que EEUU equilibrara su balanza de pagos.

Pero en ningún caso se trató de una especulación inducida. En cambio los sucesivos procesos especulativos de las últimas décadas han sido claramente inducidos e incluso conscientemente promovidos por la autoridades monetarias. Alan Greenspan bajó los tipos de interés al cuasi cero % real para que la "sana" especulación, que se retiraba maltrecha de las punto.com, se lanzara en picado sobre el sector inmobiliario.

La participación en la las sucesivas corridas de la burbujeante economía de los 90 y los 2000 fue inmensamente superior a los implicados en la especulación del 29. Son centenares de millones las economías domésticas directamente afectadas por el holocausto bursátil-inmobiliario, que se van a desenganchar de sus antiguos hábitos de consumo abocando al sistema a la depresión.


Se trata de un sistema incapaz crecer por si solo, si no es a golpe de especulación. El componente básico y quizás fundamental de la famosa globalización no es otro que la desaforada especulación. La dependencia respecto a la especulación es total. El sistema ha perdido cualquier capacidad funcional en condiciones de “mono”. Sin algo en que especular el sistema se colapsa.

El "mercado" no es una entelequia atemporal sino una institución normativa histórica y ha venido siendo modificado durante las últimas décadas mediante sucesivas reformas (la famosa desregulación) en beneficio primordialmente de la actividad especulativa.

El mercado real en la actualidad rezuma especulación por todos sus poros y los inversores-especuladores han interiorizado profundamente el "instinto de enjambre" durante las últimas décadas locas. Los fondos de inversión y los fondos hedge y los mismos bancos, se imitan las estrategias de inversión unos a otros (si se equivocan, el error lo habrán cometido todos y así el banquero o el manager, gestor del fondo, evita responsabilidades) exacerbando así la magnitud de los ciclos especulativos de forma que vivimos inmersos en una economía de burbuja crónica global.

Fuente: 

CÁNCER CAPITALISTA


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