miércoles, 20 de abril de 2016

Graham Stokes: "Tras la demencia sigue habiendo una persona"



En una ocasión, el profesor Graham Stokes -ahora director general de cuidados de la demencia en Bupa, la matriz de Sanitas en Reino Unido- se encontró con una mujer que repetía "man like me" (hombre como yo), "man like me". Nadie la entendía, hasta que apareció su hermano de visita. El hombre como ella era su hermano pero no conseguía explicarlo. Porque sabe que tras la demencia sigue habiendo alguien, Stokes anima a ver detrás de las palabras y encontrar a la persona que sigue existiendo. La semana pasada participó en una conferencia en Barcelona sobre la futura incidencia de las enfermedades cerebrales. Hoy tienen demencia 46,8 millones de personas y, en 50 años, se estima que la cifra se triplicará.
¿Se puede entender la demencia?
Sí, si la vemos como una discapacidad intelectual. Sí, si intentamos, como se hace con las personas con una discapacidad física o intelectual, que su vida mejore. Hay que conseguir que se sientan a salvo, que su mundo sea sencillo y que hagan cosas que les hagan felices porque, si se sienten bien con ellos mismos, entonces no estarán estresados ni ansiosos. Hay que atender también a las familias, que se ocupan de alguien muy dependiente. Ellos también necesitan ser felices.

¿Cuándo habrá un tratamiento para la demencia?
Sería tonto por mi parte decir que nunca lo habrá pero la verdad es que no parece que vaya a haberlo en un futuro próximo. Ahora mismo, el objetivo no es conseguir un tratamiento sino cuidar mejor a las personas con demencia, apoyarlos. Aún queda mucho por entender del cerebro.
¿Existen señales de aviso?
La única señal real es que se olviden los nombres de las personas que se quieren, o que no se reconozca a personas que son muy importantes;o cosas simples o no tan simples como darse cuenta de qué hora es o poner la mesa. Poner la mesa es complicado, en algunos momentos tienes que colocar los cubiertos como si fueran para ti y luego colocarlos para que los use otro. Con la demencia, las cosas cotidianas de la vida se convierten en un problema así que ésa sería la señal: no poder hacer cosas que siempre te parecieron sencillas, normales, cotidianas.
¿Es la familia quién puede con más facilidad percatarse de que algo está pasando?
Así suele suceder, una persona de la familia se preocupa, porque algo le llama la atención, y sugiere a la persona que vaya al médico. Puede suceder que el médico le pregunte qué día es y esa persona responda correctamente y el doctor crea que nada sucede pero es la familia la que ve cada día a esa persona, sabe cómo actúa, sabe que se le olvidan cosas. El doctor debe escuchar a la familia.
¿Por qué la demencia no se considera una enfermedad en sí?
Porque, en realidad, es el resultado de tener una enfermedad cerebral, y existen muchos tipos de enfermedades cerebrales. Si tienes varicela, tendrás picores porque el virus causa esos síntomas y con la demencia pasa lo mismo: una serie de enfermedades producen problemas de memoria, dificultad para elaborar un discurso, para pensar...
¿Persiste el estigma social?
Sí, sigue siendo la razón fundamental por la que éste tipo de enfermos no acude siquiera al médico, porque existe un estigma social respecto a la demencia. Históricamente se ha considerado a estas personas como enfermos mentales. Éste es uno de los grandes análisis que se realizan ahora, averiguar por qué hay tanto vergüenza a la hora de admitir que algo no va bien.
 Usted sostiene que hay que intentar ver detrás de las palabras cuando estemos con una persona con demencia.
Se tiende a creer que lo que una persona con demencia dice carece de sentido pero no es así. Puede que no lo entendamos, eso sí. Hay que enseñar a la gente que detrás de una persona con demencia sigue habiendo una persona, detrás de los errores, de los olvidos, hay alguien. Por eso, el reto más importante es ver tras sus palabras. No es fácil.
¿Qué actividades ayudan a las personas con demencia, además de la música?
Todo lo que conecte con la parte emocional del cerebro: bailar, cantar...
¿Es positivo tratarlos como a niños?
En algún sentido, pero no en todos porque se adopta la figura del padre y eso puede hacer que se vuelvan agresivos. Sus emociones pueden ser desproporcionadas, espontáneas, así que también hay que ser tolerante. Hay que ser tiernos con ellos, cuidarlos, pero recordando siempre que se trata de adultos.

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