La elaboración de estos dulces se remonta a comienzos del siglo XVII, aunque el empleo de mazapán es de la época andalusí. La tradición manda consumirlos tanto en Semana Santa como en el Día de Todos los Santos.
Para el mazapán:
- 200 gr. de azúcar
- 100 gr. de agua
- 150 gr. de almendra molida.
Para el dulce de yema:
- 100 gr. de azúcar
- 50 gr. de agua
- 4 yemas de huevo.
El mazapán: Prepara en un cazo un almíbar fuerte con el azúcar y el agua. Una vez conseguido el almíbar, añade la almendra molida y remueve fuertemente hasta conseguir una pasta homogénea. Reservamos en el frigorífico.
El dulce de yema: Prepara otro almíbar con el agua y el azúcar. Bate las yemas de huevo y ve añadiéndoles el almíbar poco a poco, en forma de hilo. Vierte l resultado en el cazo donde elaboramos el almíbar y cocina al baño María, sin parar de remover, hasta obtener una crema muy espesa. Dejamos enfriar.
El montaje de los huesos: Amasa el mazapán y estíralo con un rodillo en una superficie espolvoreada con azúcar glass.
Corta en tiras de 4 centímetros y luego éstas en cuadrados.
Enrolla cada cuadrado de mazapán en un palo de 1 centímetro de diámetro y pega la masa con los dedos para formar unos pequeños cilindros.
Saca los cilindros de mazapán del palo, deja secar y rellena con el dulce de yema, para lo cual podrás ayudarte de una manga pastelera.
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