Los niños no son un accesorio de diseño que puedes ponerte. Pueden significar mucho trabajo y es tu decisión si quieres tener o no hijos.
1 Consulta con tu pareja. Antes de considerar tener un bebé, es importante discutir el asunto con tu pareja. Ellos pueden pensar algo diferente a ti, así que no los presiones a hacer algo que no quieren hacer. Explícales porque quieres o no quieres tener un niño y ofrece razones que te respalden. Recuerda que los niños vendrán también con cosas negativas; desorden, discusiones, rabietas, hormonas y llanto. Pueden llenar ese hueco en tu corazón, pero tu cabeza terminara explotando con sus gritos y llantos. También, es bueno mantener en mente que crecerá, y aunque puedan parecer divinos al principio, se convierten en monstruos si no les vigilas.
2 Habla con amigos. Charla con amigos que tengan niños, sobre la vida como padres. ¿Es difícil de llevar? ¿Es más fácil de lo que piensas? ¡No tengas miedo de hacer preguntas! Estas personas están experimentando el ser padres en sus propias carnes, asi que saben con perfección de que están hablando.
3 Equilibra tu vida. Con el estrés añadido de un niño, puede que consideres conseguir un trabajo. Si solo uno de los padres decide tener un trabajo a tiempo completo, con niños jóvenes, entonces esto no sería una buena crianza, ya que debe ser un esfuerzo de equipo. Por supuesto que puedes trabajar, pero tomar turnos para cuidar del niño. Es bueno estresarse algunas veces, así que si planeas tener un niño, ¿porque no programar algo de tiempo libre en los fines de semana?
4 Hazlo o déjalo. Después de leer revistas para padres, ver todos los programas de salud que puedas, con suerte habrás llegado a una decisión. Ten una última conversación con tu pareja, para quedar claros en lo que ambos queréis, y hacedlo. Los niños vivirán, respirarán, comerán y harán todas esas cosas divertidas que hay en medio, así que asegúrate que estás preparado antes de traer a la vida a un nuevo ser.
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