La Comisión Europea se propone dar un golpe de timón a la fiscalidad continental al extender a toda la Unión la aplicación del tipo reducido de IVA de un amplio abanico de productos básicos y a aquellas actividades que requieren nutrido uso de mano de obra. En España, que consiguió trato de favor en su adhesión en este campo, bajaría del 16% al 7% la fiscalidad en fontanería y electricidad en la construcción, según el Ministerio de Hacienda, y la aplicable a preservativos, pañales y compresas. La idea de Bruselas es sólo una propuesta que debe ser aún aprobada por unanimidad por los Gobiernos. Alemania y Dinamarca siempre se han resistido a esta flexibilización. La medida podría aplicarse en 2011.
Los planes anunciados ayer por el comisario Laszlo Kovacs se ajustan como un guante a los objetivos de la presidencia francesa de la UE, que culminaría así una campaña de largos años dirigida contra el IVA en la restauración. Lo que en Francia se grava con un 19,6%, en España es un 7%, y París ambiciona reducirlo al 5,5%. "No hay razón por la que los restaurantes, por ejemplo, se beneficien del tipo reducido en media Europa, pero no en la otra media", señaló ayer Kovacs. En realidad son 11 los países que aplican un IVA reducido en los restaurantes y 16 los que cargan el tipo regular, que en Dinamarca es del 25%.
El impuesto sobre el valor añadido es un complejo y errático sistema plagado de exenciones y variaciones nacionales en el que la Comisión lleva tiempo intentando introducir armonización. La crisis económica ha servido de excusa. "Tipos de IVA adecuadamente reducidos pueden contribuir al crecimiento económico", mantiene el Ejecutivo comunitario. "Pueden inducir a reducir la economía sumergida". En ese renglón incluye servicios domésticos, jardinería, limpieza o pequeñas reparaciones.
"Lo que propongo es generalizar y extender la opción de los tipos reducidos a sectores donde está claro que no habrá distorsión en el mercado interior", insistió Kovacs, en referencia a las vigentes exenciones temporales a la norma general que debían caducar en 2010 y que ahora desea consolidar y perpetuar. En España esas excepciones se aplican a la albañilería y a la peluquería.
En España ya es la norma general el tipo reducido en la construcción, pero fuentes oficiales subrayan que ahora se abriría la rebaja hasta el 7% a fontanería y electricidad. Por determinación de Bruselas pasarían también del 16% al 7% los productos farmacéuticos usados como anticonceptivos y artículos absorbentes de higiene; equipos médicos y aparatos para minusválidos; asientos de seguridad para niños en los coches, y audiolibros y otros soportes electrónicos que reproduzcan el contenido de libros impresos
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