Así lo ha intentado demostrar empíricamente un equipo de investigadores de Holanda y Canadá, que han estudiado los hábitos alcohólicos y las consecuencias del día después en un grupo de 789 estudiantes canadienses.
Los científicos han comparado su índice de alcohol en sangre con los testimonios de sufrir o no resaca. Así han podido observar que el 80% de quienes se declararon libres de ese malestar tras una noche de copas en realidad arrojaban niveles relativamente moderados: menos de 1 gramo de alcohol por litro. Un conductor da positivo en un test de alcoholemia en España si supera los 0,5 g/l. La conclusión es que a mayor consumo de alcohol, mayor resaca, y que quienes dicen no sufrirla en realidad han bebido menos de lo que creen.
También pusieron a prueba con 829 estudiantes holandeses la teoría de que beber agua o comer después de la ingesta disminuye los síntomas. El resultado que arrojaban los cuestionarios tampoco da lugar a equívocos: son creencias infundadas. “Nuestros datos indican que la única manera de no tener resaca es beber menos alcohol”, resume uno de los autores de la investigación, el doctor Joris Verster, de la Universidad de Utretch.
No hay comentarios:
Publicar un comentario