La proliferación de estas aves provoca suciedad, con riesgos para la salud pública, y daños en monumentos, edificios y vehículos.
Ya lo dijo Alfred Hitchcock en su inolvidable película Los pájaros. La masiva presencia de aves en las ciudades y su desconcertante comportamiento pueden llegar a convertir una sociedad en un auténtico caos.
En Madrid, a diferencia de Bodega Bay, la pequeña aldea hitchcokiana, las palomas no son asesinas y no atacan a los humanos. Pero lo cierto es que sí han traído consigo cierto desorden, traducido en incomodidades para la vida cotidiana de los madrileños. Estas se agrupan en zonas concretas de la ciudad, como es el caso de la Plaza de Felipe II, en pleno corazón del barrio de Goya. La suciedad, los ruidos y el desgaste que su presencia provoca en los monumentos han terminado por agotar la paciencia del Ayuntamiento, que ya ha prohibido dar de comer a estos animales. La presencia de estos se debe, de manera directa, a la abundancia o no de comida que encuentran en determinados lugares.
Esta medida, apoyada por numerosos vecinos, ya ha sido tomada en ciudades como Barcelona, Venecia o Londres que, poco a poco, van viendo ciertas mejoras.
En Madrid, a diferencia de Bodega Bay, la pequeña aldea hitchcokiana, las palomas no son asesinas y no atacan a los humanos. Pero lo cierto es que sí han traído consigo cierto desorden, traducido en incomodidades para la vida cotidiana de los madrileños. Estas se agrupan en zonas concretas de la ciudad, como es el caso de la Plaza de Felipe II, en pleno corazón del barrio de Goya. La suciedad, los ruidos y el desgaste que su presencia provoca en los monumentos han terminado por agotar la paciencia del Ayuntamiento, que ya ha prohibido dar de comer a estos animales. La presencia de estos se debe, de manera directa, a la abundancia o no de comida que encuentran en determinados lugares.
Esta medida, apoyada por numerosos vecinos, ya ha sido tomada en ciudades como Barcelona, Venecia o Londres que, poco a poco, van viendo ciertas mejoras.
Prohibido alimentarlas
La Ordenanza Reguladora de la Tenencia y Protección de Animales del Ayuntamiento madrileño señala en su artículo 11 que, “por razones de salud pública y protección al medio ambiente urbano, se prohíbe el suministro de alimentos a animales vagabundos o abandonados, así como de cualquier otro cuando de ello puedan derivarse molestias, daños o focos de insalubridad”.
Así, se han fijado sanciones de entre 150 y 300 euros para quienes vulneren lo recogido en dicha ordenanza, considerando la infracción como leve. Sin embargo, la multa puede llegar hasta los 750 euros si se aplica la normativa recogida en la ordenanza de Limpieza de los Espacios Públicos y Gestión de Residuos, que también prohíbe dar de comer a los animales en estas zonas.
La Ordenanza Reguladora de la Tenencia y Protección de Animales del Ayuntamiento madrileño señala en su artículo 11 que, “por razones de salud pública y protección al medio ambiente urbano, se prohíbe el suministro de alimentos a animales vagabundos o abandonados, así como de cualquier otro cuando de ello puedan derivarse molestias, daños o focos de insalubridad”.
Así, se han fijado sanciones de entre 150 y 300 euros para quienes vulneren lo recogido en dicha ordenanza, considerando la infracción como leve. Sin embargo, la multa puede llegar hasta los 750 euros si se aplica la normativa recogida en la ordenanza de Limpieza de los Espacios Públicos y Gestión de Residuos, que también prohíbe dar de comer a los animales en estas zonas.
Un grave problema
Desde hace, más o menos dos años, la plaga de estas aves se ha multiplicado de manera alarmante en el distrito de Salamanca. De ahí, la puesta en marcha de estas medidas; además de una campaña informativa que la Junta Municipal llevará a cabo por las calles del distrito, con el objetivo de concienciar a los vecinos y visitantes de la zona.
Numerosos residentes en el entorno de Goya han manifestado sus quejas acerca de gente que se dedica a dar de comer a las palomas. Estas denuncias, sumadas al acuerdo llegado entre los tres grupos políticos, son lo que han dado forma a esta iniciativa que mira, ante todo, por la salud pública. Sin olvidar los perjuicios que causan en monumentos, edificios y vehículos.
Por otra parte, hay madrileños que no ven nada de malo en la presencia de estos animales por la ciudad. Es más,, consideran que dan vida a Madrid, y “hacen las plazas más bonitas”, manifiesta una señora que sale de un centro comercial en Goya.
La paloma, eterno símbolo de la paz, se ha convertido hoy en día en el centro de la discordia.
Desde hace, más o menos dos años, la plaga de estas aves se ha multiplicado de manera alarmante en el distrito de Salamanca. De ahí, la puesta en marcha de estas medidas; además de una campaña informativa que la Junta Municipal llevará a cabo por las calles del distrito, con el objetivo de concienciar a los vecinos y visitantes de la zona.
Numerosos residentes en el entorno de Goya han manifestado sus quejas acerca de gente que se dedica a dar de comer a las palomas. Estas denuncias, sumadas al acuerdo llegado entre los tres grupos políticos, son lo que han dado forma a esta iniciativa que mira, ante todo, por la salud pública. Sin olvidar los perjuicios que causan en monumentos, edificios y vehículos.
Por otra parte, hay madrileños que no ven nada de malo en la presencia de estos animales por la ciudad. Es más,, consideran que dan vida a Madrid, y “hacen las plazas más bonitas”, manifiesta una señora que sale de un centro comercial en Goya.
La paloma, eterno símbolo de la paz, se ha convertido hoy en día en el centro de la discordia.
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