Las campañas anti-tabaco no han tenido demasiado efecto, al menos en lo que a recaudación fiscal se refiere. Las cuantías ingresadas por el Estado a través de los impuestos que gravan a la totalidad de las labores del tabaco (Impuestos Especiales e IVA) sumó 9.110 millones el año pasado, una cifra prácticamente similar a la de 2015, acorde con la estabilidad del mercado. Esta cifra representa la quinta fuente de ingresos para la Administración.
La Asociación Empresarial del Tabaco (Adelta) considera que ha sido determinante la estabilidad fiscal, que ha permitido una subida moderada de los precios y ha facilitado, al mismo tiempo, una estabilización de las ventas de cigarrillos, donde el 80% del precio de venta al público equivale a impuestos que suponen el 89,4% del total de ingresos fiscales del tabaco. Además, la recaudación se ha visto favorecida por la buena labor de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en la lucha contra el comercio ilícito.
Las ventas de cigarrillos se situaron en 2.323 millones de cajetillas por valor de 10.311 millones, el equivalente al 87% de las ventas totales de tabaco. Si se tiene en cuenta el valor, las ventas totales de tabaco sumaron 11.858 millones, lo que supone una caída del 0,4%, que en volumen representaron un total de 55.583 toneladas equivalentes (-0,56%), según los últimos datos facilitados por el Comisionado para el Mercado de Tabacos (CMT).
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