Las técnicas de una experta
Es fundamental estimular todos los sentidos. Para ello, prohibir ciertas conductas sería interesante y el deseo alcanzará así una dimensión superior. El masaje erótico es placer en sí mismo, si queremos conseguir que sea una experiencia única, no es adecuado convertirlo en un preliminar del final feliz, que puede existir o no.
Para ello, Lucía nos marca los siguientes límites:
1. No besar en la boca
2. No hacer sexo oral genital
3. No debe existir penetración
La preparación es fundamental para dejarse fluir una vez que comience la función, pues no deja de ser un juego de roles subido de tono. "Suelo prepararme con unos 30 minutos de antelación. Ilumino con velas, pongo música y selecciono aromas.
Me sorprendió que la música elegida para recibir y relajar a sus invitados fueran composiciones de piano, quizá sea porque tengo el masaje erótico demasiado asociado a los temas de chillout sensual, no lo sé, pero me pareció muy interesante. El piano me transmite sencillez, naturalidad y erotismo, resulta delicioso para una sesión de masaje erótico.
Mano de hierro en guante de seda
Si no disfrutas o no deseas hacerlo, de nada sirve. Es para el placer mutuo, desde diferentes roles, aunque se trate de un trabajo. "La expresión corporal juega siempre a mi favor. Me siento una bailarina ante ellos, segura de transmitir con cada parte de mi cuerpo. Totalmente concentrada, sus cuerpos son seda delicada para mí".
Claves para la toma de contacto
Estando el receptor boca abajo, sobre la camilla de masaje, contacte con sus manos, sin aceite, para preparar la piel y sincronizar las respiraciones. Tome tiempo y escuche su cuerpo.
Hay que ir en progresión, por ejemplo: soplar, dejar la boca sobre su espalda o cualquier parte de su cuerpo, que sientan sus labios, permitir que el aliento cambie la temperatura de esta zona. Dejar caer saliva y lamer de nuevo.
Si quieres jugar con frutas , elige el melón, el resto dan menor juego o directamente no valen, me aseguró la experta y me confesó: "Mientras estoy entre sus piernas me alzo ante ellos, pido su mirada, muerdo una gran rodaja de melón y todos los jugos caen desde mi boca. Mientras, yo me relamo y recojo los jugos mostrando mi lengua y gran pasión".
Fuente: El Mundo/ZEN
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