miércoles, 21 de septiembre de 2016

El Alzhéimer una predisposición a padecer alteraciones en el organismo

No existe un censo oficial sobre el número de personas con esa enfermedad en España, pero Imserso y Ceafa (Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzhéimer y otras Demencias) estiman que hay 1.128.000 enfermos, cuya condición repercute en la vida de más de 3,5 millones de personas. Eso porque en el 94% de los casos, la familia es la responsable del cuidado de la persona que sufre esa enfermedad.

Problemas físicos y emocionales
La mitad de los cuidadores tienen una predisposición a padecer alteraciones físicas, psicológicas y sociales, según un estudio de Ceafa. Los problemas más frecuentes son trastornos del sueño y alimentarios, dolores musculares y de espalda. Si bien esos disturbios son fácilmente tratables, el estrés emocional es el que deja más secuelas en los cuidadores: el 60% sufre depresión. “El cuidador está solo, se siente aislado y se descuida de su vida personal. Si recibe formación y ayuda psicológica, aprende a enfrentar la enfermedad y ve que la solución no es aislarse, sino todo lo contrario”, explica Javier Gómez Pavón, especialista en geriatría de la Fundación Vianorte-Laguna.
Una de cada tres personas sufrirá demencia a lo largo de su vida. La pérdida progresiva de memoria es una de las consecuencias más frecuentes del envejecimiento y se debe a una larga lista de alteraciones en el encéfalo que se acumulan con el paso del tiempo. Entre ellas está la muerte de neuronas provocada por el alzhéimer, la variante de demencia más común, la más difícil de combatir, y una de las mayores amenazas que afronta nuestra civilización.
Un nuevo estudio de investigación básica acaba de descubrir otra posible causa de la pérdida de memoria y apunta a un aliado para poder recuperarla: el colesterol.

Investigación sociosanitaria

El centro, que depende del Instituto Nacional para los Mayores y los Servicios Sociales (IMSERSO) y lo financia el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, empezó su actividad en 2008. “Hay un antes y un después con el CRE en la investigación sociosanitaria”, reconoce la directora María Isabel González. Los 1.600 metros cuadrados de instalación dan cabida a cinco módulos distintos donde los residentes pueden quedarse hasta un máximo de un año. La lista de espera roza las 200 personas en España y el tiempo medio para entrar es de 10 meses. “Hasta que no exista una vacuna, —explica González— lo único que podemos hacer es ralentizar el desarrollo de la enfermedad”. El presupuesto anual del centro supera los cinco millones de euros.

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