Michael Moore in TrumpLand
Acostumbrados a modas efímeras y novedades constantes, no sorprende que cada día sea más popular estrenar por sorpresa proyectos culturales. Es una práctica que se viene repitiendo en la industria discográfica y que han llevado a cabo Frank Ocean, Beyoncé e incluso Chuck Berry. Pero el golpe de efecto de Michael Moore es doble: hacerlo en el mundo del cine y antes de las elecciones estadounidenses del próximo 8 de noviembre.
Hoy se estrena en EEUU, sin tráiler ni estrategia de márketing previo, TrumpLand, el undécimo largometraje documental como realizador del azote de los republicanos más popular del cine contemporáneo.
La sinopsis reza: "Descubre la película que los republicanos de Ohio trataron de eliminar. El ganador del Oscar Michael Moore se introduce en tierra hostil con su querido y divertido show en solitario, en lo más profundo de TrumpLand pocas semanas antes de las elecciones de 2016".
Desde hace pocos días, Moore ha ido dando pistas en su cuenta de Twitter sobre la realización de una "sorpresa de octubre". El pastel se destapó ayer con el anuncio de una proyección especial gratuita en el IFC Center de Nueva York, en la que el cineasta en persona presentaría su nuevo proyecto. Una película que sigue su popular modelo de one-man show para adentrarse en los círculos republicanos de Donald Trump y analizar la derecha estadounidense en torno a su persona.
Hey NYC- Who wants a peek @ what I've been up 2? Tues, 9:30pm, IFC Center. TIx free, 1st come, b.o. opens 8:30pm. pic.twitter.com/SrAhaq74ME— Michael Moore (@MMFlint) October 18, 2016
Moore, azote de la derecha yanqui
Michael Moore se ha convertido en el documentalista norteamericano más internacional del siglo XXI. En el 89, su documental Roger y yo diseccionaba hasta qué punto el poder de las grandes empresas en su Flint natal era un reflejo de la impunidad con la que actuaban en todo el mundo. Un concepto sobre el que volvería años después en The Big One. Su comedia Operación Canadá utilizaba la ficción para recrear cómo una guerra fría contra Canadá dejaba en ridículo ciertos resortes sociales y políticos norteamericanos.
No fue hasta entrado el nuevo milenio cuando Moore vivió su esplendor creativo e ideológico. Ahondando en la educación en valores violentos como raíz del problema en Bowling for Columbine, y con el que ganó el Oscar a Mejor Documental en 2002. Un fantasma que se alargaba y se extendía a la política internacional en los intereses económicos detrás del ánimo belicista retratado enFahrenheit 9/11, que le valió la Palma de Oro en Cannes en 2004. Y, en una última jugada, cómo lo que había investigado tenía repercusiones en lo social, en el sistema sanitario de Sicko. Siguió con Capitalismo: una historia de amor y ¿Qué invadimos ahora? que se estrenó en España este mismo año.
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